Nuestros equipos producen cloro a partir de la sal común (Cloruro de Sodio – NaCl) por un proceso de electrólisis. Este método ha probado ser la manera más fácil, económica, práctica y confiable de mantener la calidad de agua en piscinas de uso público y privado.

 Nuestros cloradores cuentan con una tecnología micro-computarizada avanzada y un diseño de fácil utilización para ofrecer el método más efectivo de purificación del agua con el menor costo, uso de energía e impacto ambiental. Estos equipos sólo requieren de sal común para lograr una producción de cloro de forma constante, simple, inteligente y segura. 

La molécula de sal disuelta en el agua se rompe al pasar por la celda electrolítica generando cloro libre que esteriliza el agua y posteriormente se vuelve a recombinar para formar sal y repetir el proceso de tal manera que gran parte del cloro se recicla
La concentración de sal requerida en el agua es apenas de 2.700 a 3.400 ppm, lo cual es menos de una décima parte de la concentración de sal en el agua de mar (35.000 ppm) y muy similar a la salinidad del cuerpo humano
          La sensación del agua es mucho más suave y agradable para la piel que las piscinas tradicionales de agua dulce que se mantienen con cloro granulado y otros químicos, siendo esto una de las tantas bondades del uso de este sistema de cloración. Con la utilización de nuestros cloradores se requiere menor concentración de cloro para mantener estable la calidad del agua ya que la dosificación es permanente mientras esté activado el sistema de bombeo. Además, se reduce el tiempo dedicado a su mantenimiento en general y la utilización de otros químicos con lo cual se generan otros ahorros colaterales por mano de obra e insumos. 
       La cloración salina genera una cierta tendencia a subir el pH ligeramente. Dado que es importante que en todo tipo de piscina se mantenga el pH en el rango de 7.2 a 7.6 para que el cloro cumpla su función de forma efectiva, sugerimos hacer un monitoreo semanal y ajustar el pH con alguna solución de Ácido Clorhídrico (Muriático) o Bisulfito de Sodio con el fin de que no se pierda el efecto del cloro si el pH sube. El control del pH en la piscina es mportante con cualquier tipo de sistema de cloración que se utilice. En el mercado existen equipos que dosifican el ácido para ajustar el pH de forma automática, sin embargo, basado en nuestra experiencia, no consideramos que ese gasto adicional es necesario si se puede hacer un chequeo de pH al menos una vez a la semana con un kit muy económico, un solo chequeo semanal del pH con el correspondiente ajuste es suficiente para mantener ese parámetro dentro del rango óptimo. 
La sal que se utiliza en estos sistemas de cloración tiene que ser de origen marino (NaCl) pero no necesariamente tiene que ser refinada, de tal manera que es posible usar la sal bruta marina que se utiliza para distintas aplicaciones y que se consigue a un costo dramáticamente más bajo de lo que cuesta el cloro granulado, la diferencia en el costo puede llegar a ser de 1:1000. Vale decir que ya que este sistema de cloración para piscinas sustituye el uso del cloro absolutamente